Los Yoga Sutras de Patañjali

un camino atemporal hacia tu interior

Hoy en día, cuando escuchamos la palabra yoga, la mayoría piensa en posturas, flexibilidad o una clase de relajación. Pero en su esencia más profunda, el yoga es mucho más que ejercicio físico. Es un camino de autoconocimiento, una filosofía viva que nos invita a regresar a nuestro centro y a descubrir la paz que siempre ha estado dentro de nosotros.

Hace más de dos mil años, un sabio indio llamado Patañjali recopiló la esencia de esta sabiduría en 196 versos breves: los Yoga Sutras. Sutra significa “hilo”: frases cortas, precisas, que sostienen y conectan un camino completo de transformación interior.


1. El corazón del Yoga

Uno de los sutras más conocidos (I.2) dice:

«Yogaś citta-vṛtti-nirodhaḥ» – El yoga es el cese de los movimientos de la mente.

Nuestra mente es como un lago en constante agitación: pensamientos, recuerdos, miedos, deseos. Cuando sopla el viento, el agua se agita y no podemos ver el fondo. Pero cuando se calma, la profundidad aparece clara y luminosa.

Ejemplo: Imagina una noche en la que no puedes dormir porque tu mente repite una conversación del día. Revives las palabras, te criticas, imaginas respuestas. Estás atrapada en las olas del pensamiento. El yoga te invita a detenerte, sentir la respiración y observar. No necesitas luchar contra la mente, solo permitir que se aquiete para recuperar claridad.


2. Los cinco movimientos de la mente

Patañjali explica (I.5):

«Vṛttayaḥ pañcatayyaḥ kliṣṭākliṣṭāḥ.» – Los movimientos de la mente son de cinco tipos; algunos causan sufrimiento, otros no.

Son:

  1. Pramāṇa (percepción correcta): ver la realidad tal como es.
    • Ejemplo: mirar el cielo y reconocer claramente que lloverá.
  2. Viparyaya (percepción errónea): confundir, interpretar mal.
    • Ejemplo: pensar que alguien no te quiere porque no te saludó, cuando en realidad estaba distraído.
  3. Vikalpa (imaginación): fantasías sin base real.
    • Ejemplo: creer que en la oscuridad hay un peligro inexistente.
  4. Nidrā (sueño): estados de desconexión o inconsciencia.
    • Ejemplo: conducir un trayecto conocido y llegar sin recordar el camino.
  5. Smṛti (memoria): recuerdos que condicionan el presente.
    • Ejemplo: una herida antigua que influye en cómo reaccionas hoy, aunque la situación actual no tenga relación.

El problema no es pensar. El problema surge cuando creemos que esos pensamientos son la realidad. El yoga nos enseña a reconocerlos como movimientos de la mente y a recuperar la libertad interior.


3. La práctica y el desapego – los dos pilares

En el sutra I.12 Patañjali nos dice:

«Abhyāsa-vairāgyābhyāṃ tan-nirodhaḥ.» – La mente se aquieta mediante la práctica constante y el desapego.

  • Abhyāsa (práctica): volver una y otra vez al momento presente. No importa si es perfecto; lo esencial es la constancia.
    • Ejemplo: cada mañana sentarte 5 minutos a observar tu respiración. A veces la mente se calma, a veces no, pero la práctica regular te transforma.
  • Vairāgya (desapego): soltar el aferramiento al resultado.
    • Ejemplo: practicar una postura y notar que hoy tu cuerpo está menos flexible. En lugar de frustrarte, sueltas la exigencia y simplemente habitas el presente.

La práctica da firmeza, el desapego da libertad. Son como dos alas que sostienen el vuelo del yoga.


4. Las causas del sufrimiento

Patañjali señala en el sutra II.3:

«Avidyā-asmitā-rāga-dveṣa-abhiniveśāḥ kleśāḥ.» – La ignorancia, el ego, el apego, la aversión y el miedo a la muerte son las raíces del sufrimiento.

Estos son los Kleśas:

  1. Avidyā (ignorancia): confundir lo pasajero con lo eterno, el cuerpo con el alma.
    • Ejemplo: pensar que tu valor depende de tu juventud o tu aspecto físico.
  2. Asmitā (ego): identificarse con roles, logros o heridas.
    • Ejemplo: creer que “soy solo lo que hago en mi trabajo”.
  3. Rāga (apego): aferrarse a lo que da placer, aunque no nutra.
    • Ejemplo: pensar que solo serás feliz si mantienes cierta relación.
  4. Dveṣa (aversión): rechazar lo incómodo o doloroso.
    • Ejemplo: huir del silencio porque no soportas estar contigo mismo.
  5. Abhiniveśa (miedo a la muerte): el temor profundo a dejar de existir.
    • Ejemplo: cada síntoma físico despierta ansiedad, como si fuera amenaza de fin.

Reconocer estas raíces no significa fracasar, sino comenzar a despertar. Al verlas con claridad, podemos elegir de forma distinta.


5. El Yoga como camino de liberación

Los Yoga Sutras no son un tratado teórico, sino una guía práctica. Patañjali describe el Aṣṭāṅga Yoga, el camino de ocho pasos:

  • Yamas (valores universales)
  • Niyamas (actitudes personales)
  • Āsana (postura corporal)
  • Prāṇāyāma (respiración consciente)
  • Pratyāhāra (retirada de los sentidos)
  • Dhāraṇā (concentración)
  • Dhyāna (meditación)
  • Samādhi (unidad, descanso en la esencia)

Cada paso nos conduce de lo externo a lo interno, de la acción hacia la contemplación, hasta reconocer lo que siempre hemos sido.

Como dice el sutra I.3:

«Tadā draṣṭuḥ svarūpe ’vasthānam.» – Entonces, el observador reposa en su verdadera naturaleza.


Conclusión

Los Yoga Sutras de Patañjali son un espejo atemporal. Nos muestran cómo funciona nuestra mente, por qué sufrimos y cómo volver al centro.

El yoga no busca que te conviertas en alguien distinto. Busca que recuerdes lo que ya eres: conciencia, calma, presencia.

Y en una época de ruido y prisa, su mensaje es más actual que nunca: el verdadero yoga no está en hacer más, sino en aprender a habitarte de nuevo, con amor y claridad.


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